Este es, tan sólo, un ejercicio de desinhibición. No es real ni es ficción; son ideas en forma de palabras que cada cual es libre de interpretar como el ánimo le dicte.
14/9/10
Cuatro.
Me acerco a ti por detrás y te susurro al oído que no llevo ropa interior. No puedes aguantarte. Hay clientes en el despacho. No puedes resistir la tentación y allí, tras tu mesa, y con disimulo, tocas mis piernas desnudas bajo mi falda. Y me acaricias. Y vas subiendo. Y yo me estremezco por dentro mientas, con el informe que hemos redactado en la mano, te voy señalando los puntos importantes que deberemos atacar en la reunión de las 18h.
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