27/9/10

Cinco.

Te sientas en la cama y me atraes hacia ti. Estoy nerviosa y te lo digo. Tienes mis manos cogidas con las tuyas y me besas el ombligo por encima de la ropa. Sueltas mis manos y acaricio tu pelo. Me coges por la cintura; la cinturita que te gusta tanto, y levantas mi camisa para poder rozarme la piel con tus labios. Me besas suavemente mientras desabotonas la camisa y llegas a mis pechos. Los acaricias, los besas, hundes tu cara entre ellos y no puedo evitar ponerme a mil.
Te beso la boca, la nariz y los ojos, mientras desabrochas la minifalda y la bajas hasta mis tobillos. Quiero quitármela pero no puedo porque tu mano ya está dentro de mi tanga y no puedo más que sentir cómo me tocas. Lo bajas un poco; se queda en mis rodillas, y me lames entera, ahí, de pie, junto a la cama.

14/9/10

Cuatro.

Me acerco a ti por detrás y te susurro al oído que no llevo ropa interior. No puedes aguantarte. Hay clientes en el despacho. No puedes resistir la tentación y allí, tras tu mesa, y con disimulo, tocas mis piernas desnudas bajo mi falda. Y me acaricias. Y vas subiendo. Y yo me estremezco por dentro mientas, con el informe que hemos redactado en la mano, te voy señalando los puntos importantes que deberemos atacar en la reunión de las 18h.

7/9/10

Dos.

Soñaba contigo desde hacía tanto tiempo, y de pronto estabas ahí.
Me besabas tan apasionadamente que me sentía cohibida. Hacía tiempo que no me besaban así. Me besabas, me tocabas y metiste la mano bajo la falda.
Yo bajé tu bragueta sin dejar de besarte, metí la mano y te toqué. No pude aguantarme. Despegué mis labios de los tuyos para poder acercarlos... Y la besé. La chupé. La rocé suavemente y pensé que llevaba mucho tiempo queríendo hacerte algo así.
Una cosa llevó a la otra y terminamos follando con el desenfreno que sólo los que lo hacen a escondidas pueden hacerlo. Fue brutalmente maravilloso.
Y prometimos no volver a hacerlo creyéndonos capaces de cumplir con tal promesa...

6/9/10

Uno.

No voy a entrar en detalles de quién soy o quién pretendo ser. No voy a revelar cuán cierto es lo que escribo en este blog. No voy a dejarme conocer fácilmente. No.
Voy a escribir en este blog lo que me apetezca. Voy a liberar tensiones. Voy a dejarme llevar por los sentimientos. Voy a escribir tal cuál me surja sin pensar en quién pueda estar ahí.

Si tras estas cuatro líneas sigues leyendo, sé bienvenido a mi libreta de desfogue.

Rina.